EL MASÓN ESTEPARIO

Margarita Rojas Blanco M.·. M.·.

Como Tubalcaín y como Lilith, el Masón Estepario (a diferencia de lo que la mayoría pensaría), no son un peligro para el statu quo, porque están tan comprometidos con sus batallas personales, que no les queda tiempo para las batallas mundanas, entonces tampoco piden perdón ni suplican dispensa, para rendirse a discreción de sus muchos verdugos

El Masón Estepario, también conocido como Masón Salvaje, se le encuentra principalmente en la estepa como su nombre lo sugiere, pero ha ido migrando a diferentes partes del cosmos, es así como se le puede encontrar tanto en la cordillera como en la llanura, paradójico esto para el lego, pero perfectamente entendible a medida que se le conoce bien y cuáles son sus causas, la mayoría de ellas perdidas, como las causas de los héroes. Con sutiles maneras, el Masón Estepario se comunica con sus iguales, pero hace gala de toda su ferocidad con sus diferentes. Es por esto por lo que el Masón Estepario es solitario. 

El Masón Estepario alimenta su alma en grandes cantidades de Nietzsche, de Schopenhauer, de Goethe, de Kant, de Voltaire, de Confucio, un poco de Borges, de pronto otro tanto de Cortázar, del sol y de la luna, algunos se alimentan de Jesús, otros de Buda, están también los que se alimentan de la sabiduría del querido hermano, que sabe las cosas que él no y entonces lo escucha con el candor propio del que oye con atención una historia por primera vez.

A estos Masones se les puede ver actuando en los psicodramas fantásticos que otros de su misma especie organizan, para encontrarse a cavilar sobre el mundo que los rodea. Todos, sin excepción, han participado del psicodrama primordial; se les ve bajar a algunos por escaleras pedregosas dirigidas a catacumbas oscuras y tenebrosas, en donde se les pide, como a los niños, pensar en lo que han (o no han, que es mucho peor…) hecho. Algunos escucharon cadenas pesadas caer, gritos, lamentos, carcajadas, angustiosos llamados a la nada.

Como en una civilización mediterránea antigua, el Masón Estepario aprende poco a poco el significado de ese psicodrama y lo interioriza, repitiendo con juicio cada paso de esa danza reflexiva espontanea, desde su mismidad.

El psicodrama del que hace parte el Masón Estepario, no se diferencia mucho del que el profano interpreta cada día en su vida, pues todos los seres no somos más que el reflejo y resumen del universo o macrocosmos, como se le quiera llamar. Es ese microcosmos de la Logia entonces, igual al de la empresa que fabrica computadores o la cartera gubernamental de un país tercermundista.

La Logia es un microcosmos del universo, donde los masones se reúnen para argumentar, defender, contradecir o reflexionar sobre la realidad y la vida. Se dice de una Logia, que tres la forman, cinco la componen y siete la hacen justa y perfecta. Pues bien, en una compañía de electrodomésticos también se dice algo parecido, con unas pocas diferencias en su espíritu, pero que en la operatividad terminan siendo iguales y aquí es donde el Masón Estepario se agobia.

Como constructores de grandes catedrales, los Masones heredaron la costumbre de designar trabajos y asignar cargos para ejecutarlos, recomendando las herramientas apropiadas para llegar a buen término la obra en cuestión. Maestros enseñan a los aprendices como usar las herramientas, como perfeccionar el arte, como pulir la piedra bruta. Pues bien, así como en la construcción y en la compañía de electrodomésticos hay jerarquías, en la Logia del Masón Estepario, la Logia Especulativa también, siendo esto un caldo de cultivo para las vanidades. Vanidades antiguas, vanidades medievales, vanidades modernas, y vanidades que vamos inventando.

En la prehistoria masónica, la fantástica, la de los próceres y personajes bíblicos que seduce a los soñadores, han existido muchos personajes esteparios. Tubalcaín bien podría ser un Masón Estepario, interesado por el bronce y el hierro y el uso de las herramientas transformadoras de estos metales, que son realmente preciosos por su misticismo y funcionalidad más que por su brillo. Fue Tubalcaín un herrero cuyo oficio era forjar, fabricar y reparar materiales o construir piezas de metal, que, como el cemento, permanecen en el tiempo con altivez, a mucho pesar de los siglos.

Tubalcaín fue Rey de Ur (Antigua ciudad sumeria de la Baja Mesopotamia llamada Ur de los caldeos) descendiente de Caín, condenado por su imperfección, como todos nosotros, pero cuyos conocimientos serán eternos. Si Tubalcaín fue un masón estepario, entonces podemos decir que la descendencia de Caín fue la iniciadora de la francmasonería, y esto seguramente será un escándalo para muchos, porque por consiguiente la primera gran piedra de la francmasonería, habrá sido la ciudad de Enoc, pero eso es tema para una próxima entrada de este blog.

Tubalcaín no tuvo la fama que otros personajes sí, porque en última instancia, buscaba el perfeccionamiento de su arte, más que del reconocimiento de sí mismo. Él era él, por los otros. Si Tubalcaín trabajara en una logia, seguramente sería en una de las bien llamadas Logias Salvajes; un templo al aire libre, cubierto por el testimonio de la bóveda celeste, con dos columnas de hierro, adornadas cada una con un bien plantado J…, la columna del medio día y otra con B…, la columna del septentrión. En su taller, Tubalcaín, tendría al oriente no un escritorio envanecido por la altura de sus tres escalones, seguramente estaría a ras de piso, pues no es un escritorio pretencioso, es una mesa de trabajo, una mesa metalúrgica, hecha de bronce, pulida hasta el cansancio, llena de cuchillos, limas, pinzas de corte, cizallas, etc, etc. No sería entonces un trono de Venerable Maestro, sino más bien la mesa de labores del herrero y así, en minúsculas.

Las barandas que a ambos lados de la escalera separan el Oriente del resto del templo, seguramente existirán en el taller de Tubalcaín, pero no por pompa, sino por protección, para que tanto los que están al septentrión como al mediodía y a lo largo de los muros, donde se encuentran las verdaderas columnas, estén protegidos de las salpicaduras del arte de la metalurgia, pero al mismo tiempo muy cerca de su experticia. No sería un oriente lejano, sino un oriente próximo, si se permite el juego de palabras.

Es así como el Tubalcaín moderno, el Masón Estepario, entendió que en la masonería no hay 33 grados, por el contrario, él sabe que están los tres primeros grados y que todos los que están por encima, son para aquellos que no han entendido los tres primeros grados, porque la masonería es una organización filosófica, con unos estadios de conocimiento, de sabiduría que se van alcanzando, unas metas que se van logrando paulatinamente, que se van comunicando de voz a voz, como un tesoro invaluable, precioso, intimo, que brilla por sí mismo, porque la masonería no son unos tronos administrativos como objetivo, sino un camino para la construcción del alma.

El Masón Estepario busca un taller donde pueda sobre todo escuchar para perfeccionar su accionar, por medio del conocimiento que otros le compartan. En la búsqueda de la sabiduría está la magia de ser humano, porque nada es un libro si alguien no lo lee. No sería Goethe inmortal, si nadie hubiera leído por ejemplo cuando escribió: “Las hipótesis son andamios que se colocan ante el edificio y se quitan al término de las obras. Son imprescindibles para el albañil, que sin embargo no debe tomar el andamio por el edificio”.

El Masón Estepario se encuentra en vía de extinción, y es esto una verdadera pena, pero como no, si hasta borraron a Lilith de los libros.

Es mi palabra

 

QUIERO QUE SE ACABE EL DÍA


A veces uno dice “quiero que se acabe el día” y es un comando mágico, porque es como si entonces el día se fuera a acabar por la sola instrucción, pero si lo piensa uno bien, si hay magia, porque a veces a uno se le acaba el día a las nueve de la mañana, por esa discusión que tuvo y otras tantas se puede acabar a las cinco de la mañana del día siguiente porque no querías que tuviera final.

Somos dioses, no hay otra explicación.

ENJOY THE SILENCE

Inspirado en “el principito”, “enjoy the silence” es uno de los himnos de la generación X. 

Words like violenceBreak the silenceCome crashing inInto my little worldPainful to mePierce right through meCan't you understand?Oh, my little girl
All I ever wantedAll I ever neededIs here in my armsWords are very unnecessaryThey can only do harm 
Vows are spokenTo be brokenFeelings are intenseWords are trivialPleasures remainSo does the painWords are meaninglessAnd forgettable 
All I ever wantedAll I ever neededIs here in my armsWords are very unnecessaryThey can only do harm 
Enjoy the silence.